domingo, 2 de noviembre de 2008

'Galeotta' fue la galleta.

Bueno, sí, todo empezó con unas galletas de canela. Aún me quedo sorprendido pensándolo: a mi la canela nunca me ha gustado. Quizás habría que molestar el destinto y dejar a las galletas el papel de dulce medio…pensar que todo ha ido como tenía que ir y que las galletas fueron el último recurso de la fortuna, ya que llegaron donde no pudieron llegar los sándwiches, los vinos y las fiestas de disfraz, acercando Rachel a “los chicos de la última fila”.

Martínez y yo nos conocimos en un semáforo, justo en frente del Metro ‘Alfonso XIII’, cargados de revistas y libros. Mi español cojeaba más que ahora y Martínez aún se movía en Metro…siglos. Por aquel entonces Rachel era sólo la “empollona de la primera fila”.

Vivo desde años con una especie de enfermedad que me obliga a comer algo (lo que sea…) cada dos horas, al máximo. Si no lo hago, mi cerebro me castiga con la depresión. Ya, debería verme alguien, pero no es este el tema. El punto es que sin mi necesidad de comida nunca habría empezado a robar galletas a la “empollona de la primera fila”. Sí, eran de canela, pero mi cuerpo necesitaba comer…Así fue como las galletas nos unieron y empezó una larga lista de comidas, cenas, meriendas y sobremesas.

Las anécdotas de nuestra amistad irán saliendo y estoy convencido que siempre tendrán algo que ver con un plato, un vino o una sobremesa.

No hay comentarios: