miércoles, 16 de diciembre de 2009

Achtung! Italienischen maultaschen!

Antes que nada, quiero pedir perdón a los alemanes: ¡creo que hice con su comida lo que los franceses con la mía! Os aseguro que no era mi intención ofender vuestras tradiciones, aunque sí tengo mis dudas acerca del tema de este post: los maultaschen. O, como ya se conocen en mi casa, los raviolonis alemanes (hubo una propuesta alternativas: 'gyozas alemanas', pero no prosperó). Mi duda es: ¿de dónde venís?

La razón de mi prefación-excusa es que preparé vuestros maultaschen si tener ni idea de como se suelen cocinar. O mejor dicho, sin tener ni idea...sin más. ¡Si yo ni siquiera sabía que los alemanes hacían raviolonis! Pero nuestro querida Rachel, conociéndome, me regaló una caja de maultaschen y una de verdaderas salchichas verdaderamente alemanas de verdad (de la buena). Así que, domingo por la mañana, ¡manos a la obra!

Hice una salsa muy ligera de tomate para los maultaschen (hombre, soy italiano no puedo comer sin ver algo rojo en el plato...) y preparé repollo con patatas: pensé que los vegetales en cuestión darían un aire más alemán al plato. La bebida elegida fue una fantástica Paulaner.

El resultado se puede ver en la foto (hecha con mi cámara nueva, by the way) y parece que gustó...aunque Rocío estuvo muy cerca de comer los maultaschen con salsa de soja, me temo. Eso sí, ¡la salchichas me salieron estupendamente!

PS: os dejo esta escena de una película con Alberto Sordi ('Tutti a casa', 1960): poco más de un minuto para entender como los italianos se ven y como ven a los alemanes...En la ‘información’ del vídeo han escrito el dialogo, espero ayude para entender de que va.

martes, 15 de diciembre de 2009

Un 'take away' italiano en... París

- ¿¿¿Pero a quién se le ocurre pensar que un plato de pasta italiana que vaya dentro de un cartón puede ser disfrutado (como se merece)??? Aprisa, del todo impersonal, sin tiempo para saborearlo… si es que es un insulto a la cultura mediterránea… una contradicción en sí misma.

Pondría el grito en el cielo. ¿Quién? El chef italiano que metiera sus narices en los fogones de Mezzo di Pasta. Muy posiblemente.

Esta franquicia parisina de gran éxito tiene su razón de ser en que los franceses, como la mayoría de los mortales, adoran la comida italiana. Sin embargo, el paisaje culinario de la ciudad lo admite a regañadientes. París disimula su devoción por la pasta "al dente" entreteniendo al viandante con exuberantes escaparates llenos de platos à emporter, que es como le dicen aquí a la comida para llevar.

A esta maniobra escapa Mezzo di Pasta. Y no se trata del típico restaurante italiano donde, aparte de darte un banquete in situ, si quieres, preparan tu pedido para llevar. No, no, no, es que realmente se ajusta al concepto take away puramente americano, con su menú oferta de bebida y postre (6,50 ó 7,50 euros), sin que el estómago se resienta, todo lo contrario, queda deliciosamente agradecido.

Primero decides el tipo de pasta fresca (clásica o rellena) que quieres probar, a continuación la cuecen en sólo 5 minutos delante de ti y finalmente le añaden la especialidad que hayas escogido, salsas que preparan diariamente. Las típicas (pesto, boloñesa o napolitana…) o alguna más original: vodka (tomate, nata, vodka y perejil) o indy (nata, pollo, curry y pimiento). Además, en primavera y verano cuentan con ensaladas de pasta por 5 euros y en invierno y otoño con sopas por 3 euros. Tienen hasta menú infantil: ¡el piccolino!

¿Imita entonces un amor imposible el binomio franquicia-cocina mediterránea? ¿Podríamos nosotros españoles hacer algo semejante y de calidad con nuestra paella (por ejemplo) y además sacarle beneficio? ¿O sería complicado que la mente anglosajona se inmiscuyera de esa manera en nuestra gastronomía?

Es verdad que en ese terreno somos menos prácticos y mucho más acomplejados. A menudo sospechamos de las tapas que sirven los restaurantes españoles en el extranjero, y lo mismo despierta nuestro recelo cualquier negocio familiar que haya crecido un poco, como esa céntrica cadena que hay en Madrid.

Pero bueno, sabemos que labia y ganas de discusión nos sobran -como a los italianos- antes y después de comer. Así que volviendo sobre ese chef imaginario que también se pregunta ¿dónde queda la sobremesa de Mezzo di Pasta? le apuntamos que en el caso de caracteres pasionales y fácilmente alterables como los nuestros tampoco pasa nada por hacer una excepción y dejarla para otro día, por si las moscas...

*Una película: ‘Dramma della gelosia’. El triángulo amoroso compuesto por Marcello Mastroianni, Monica Vitti y Giancarlo Giannini acaban organizando un pitote monumental en el restaurante italiano al que los dos primeros acuden a comer y donde el tercero trabaja.