Ahora bien, Beppe Bigazzi, el "experto de cultura alimental" de La prova del cuoco, una especie de desafío a eliminación directa entre cocineros, ha sido despedido por explicar como se cocinan los gatos. Quiero aclarar una cosa: a mi este tío me cae fatal. Va de sobrado, habla con un acento marcadísimo y más que un experto de cultural alimental me parece un cuentacuentos que cuando no sabe que decir, lleva la contraria. Pero, en la única Circorepubblica del mundo, la diferencia entre el bien y el mal, la decide el audience y esto no puede gustarme…

Hacemos como que no sabemos que nuestros abuelos comieron cosas peores que gatos; hacemos como que no sabemos que el gato es un animal como otro, que viva en nuestra casa no lo hace diferente de un cerdo o de un pato; hacemos como que no sabemos que el último problema de Italia es que un señor de 77 años diga en la tele que comió carne de gato; y hablamos y discutimos sobre la carne de gato, sobre lo que se puede o no decir en la tele, y a qué hora, claro; despidamos a Bigazzi y vayámonos a la cama felices: el público del coliseo mediático ha dado su veredicto, la audiencia ha triunfado.
Mientras tanto, más de un italiano habrá pensado: "¿Carne de gato? Si sigue así…"
-La foto de Bigazzi es de la página web de 'La prova del cuoco'-