domingo, 24 de mayo de 2009

Purificación de los Hare Krishna

Llevo años sabiendo de la existencia del comedor de los Hare Krishna en el barrio de Malasaña. Había oído toda clase de cotilleos: que si durante la comida se sienta un devoto a tu lado y charla contigo acerca de lo que son los Hare Krishna, que si cantan continuamente el mantra Hare hare krishna krishna mientras bailan con sus dhotis de color naranja por todo el local observando todas y cada una de las caras asustadas de los nuevos comensales… Sabía que eran vegetarianos, pero imaginaba una sobriedad absoluta en el modo de cocinar y en la variedad de los productos utilizados. No sabía que no bebían alcohol, pero siempre los había imaginado bebiendo agua y solamente agua. Prejuicios y rumorología no demasiado alejada de la realidad. Quizás sí fuera así en el pasado…

Los devotos de Krishna buscan eliminar los obstáculos que les separan del Supremo y de la energía que emite. Krishna, como “Todo-Atractivo”, o también conocido como Rama “la fuente de placer ilimitado” es el objetivo último de cualquier seguidor suyo. Así, el vegetarianismo es uno de los cuatro principios de purificación, que permitirán liberarse de las distracciones para llegar al supremo y, una vez en armonía con Krishna y sus energías, se podrá volver al estado puro natural de conciencia y la vida podrá entonces llegar a ser sublime.

El sábado pasado, recién llegamos a las 15:30, estaban finalizando la primera de las tres ceremonias públicas diarias donde exponen a devotos y curiosos, la filosofía y espiritualidad de los Hare Krishna. Con flores, incienso y suave música hindú conseguían el efecto de un ambiente pacificado, lleno de calma y de buenas intenciones.

El almuerzo comenzó después, a las 16:00, cuando finalizó la ceremonia. Todos nos hallábamos descalzos y con un sitio reservado para sentarnos en el suelo. Con 5 € nos recibieron en el comedor popular, con un amable saludo Hare Krishna y un montón de alimentos que fueron sirviendo en una bandeja compartimentada. Ensalada de lechuga y maíz, arroz blanco con salsa de tofu, pastel de patatas con queso gratinado por encima y de postre un pastel de nata. Todo muy rico. No tomaban carne, huevo ni pescado, pero sí leche. El pan lo elaboraron ellos y era oscuro, parecía de centeno, y la bebida, en este caso una delicada infusión de romero, inundaba la boca como el aroma del incienso se extendía suavemente por todos los rincones del centro.

Una vez hubimos terminado, salimos de nuevo al hall para ponernos los zapatos. Yo estaba especialmente serena y relajada. Cuando abrí la puerta de salida, sin embargo, con el contacto de la luz intensa del exterior y el aire ruidoso de la calle Espíritu Santo, se me aturullaron los sentidos durante un largo rato. De camino a casa, ya más despierta, no pude evitar pensar en la necesidad de añadir algo de espiritualidad a mi vida y en los Hare Krishna como fuente de respuestas…

jueves, 7 de mayo de 2009

De arroz (III)


Casi todos sabéis que dos de los miembros fundadores de DondeComenDos han estado en Almería este último fin de semana. Corren rumores de razzias indiscriminadas del italiano y de un servidor (sobre todo del italiano, para qué nos vamos a engañar), pero casi todo es mentira. No hubo 'liaison' alguna con unas trillizas. Aunque lo de mi borrachera ambulante por la ciudad quizá sí sea cierto...

Pero de lo que aquí se trata es de hablar de comida, y uno de los momentos culminantes del fin de semana, que yo me encargué de amarrar desde Madrid, fue la comilona en La Gallineta. A todo el que me ha querido escuchar le he dicho que el mejor arroz del último año lo comí el pasado mes de septiembre en este coqueto restaurante del Pozo de los Frailes, sin duda el más bonito y recomendable del Cabo de Gata. Volver a Almería ofrecía la posibilidad de volver a La Gallineta y además de hacer proselitismo. Y lo hicimos, después de darnos el primer baño de mar de 2009 en Los Genoveses.

No es casualidad que sea un alicantino el responsable del caldo y el punto de estos arroces sublimes. Éramos cinco y pedimos tres de dos para probar cuanto más mejor. A banda, meloso con pulpo y cañaíllas (o caracolas; el de la imagen de arriba) y negro con chipirones y algas. Tengo que decir que, contra todo pronóstico, fue el negro el que más me gustó, pero sólo si me obligas a decirte con cuál me quedaría en caso de holocausto nuclear.


Para los golosos adjunto foto de uno de los dos postres que pedimos acometido por dos cucharillas a la vez. Son unas torrijillas muy bien aderezadas, como podéis ver. El otro era una mousse de chocolate que verdaderamente superaba con creces la idea convencional de mousse. Todo muy rico, incluidas las dos botellas del vino blanco de la casa y de la tierra que nos ofrecieron como alternativa al Viña Laujar alpujarreño que íbamos a pedir y que no tenían. Todo (también hubo un par de oportunos entrantes: ensalada de verduras asadas y una especie de carpaccio de cecina) por unos 30 euros por cabeza. De verdad que ir al Cabo y no ir a la Gallineta es tontería. El teléfono: 950 380 501. El restaurante permanece cerrado entre mediados de octubre y marzo.

Le dejo a Massi el cometido de contar todo lo demás de este fin de semana almeriense: tapas, cruces, pescaíto, cherigans... En esa tierra se come demasiado bien.