martes, 16 de febrero de 2010

La hipocresía del gato

Que mi país sea un país de contraste no es una gran novedad. Es el país en el que un jugador de fútbol no puede blasfemar, pero un eurodiputado puede pedir que la policía vaya "casa por casa" en busca de inmigrantes ilegales.

Ahora bien, Beppe Bigazzi, el "experto de cultura alimental" de La prova del cuoco, una especie de desafío a eliminación directa entre cocineros, ha sido despedido por explicar como se cocinan los gatos. Quiero aclarar una cosa: a mi este tío me cae fatal. Va de sobrado, habla con un acento marcadísimo y más que un experto de cultural alimental me parece un cuentacuentos que cuando no sabe que decir, lleva la contraria. Pero, en la única Circorepubblica del mundo, la diferencia entre el bien y el mal, la decide el audience y esto no puede gustarme…

Bigazzi (en la foto), 77 años de edad, explicó que la carne de gato se puede comer y él, por lo visto, lo hizo. Probablemente, tuvo que hacerlo. ¿Quién no sabe que antes la gente comía gatos cuando no tenía otra cosa? El experto explicó como prepararla y dijo que es mejor que otros tipos de carnes, haciendo referencia, evidentemente, a los otros animales que podrían comerse por necesidad en Italia.

Hacemos como que no sabemos que nuestros abuelos comieron cosas peores que gatos; hacemos como que no sabemos que el gato es un animal como otro, que viva en nuestra casa no lo hace diferente de un cerdo o de un pato; hacemos como que no sabemos que el último problema de Italia es que un señor de 77 años diga en la tele que comió carne de gato; y hablamos y discutimos sobre la carne de gato, sobre lo que se puede o no decir en la tele, y a qué hora, claro; despidamos a Bigazzi y vayámonos a la cama felices: el público del coliseo mediático ha dado su veredicto, la audiencia ha triunfado.

Mientras tanto, más de un italiano habrá pensado: "¿Carne de gato? Si sigue así…"


-La foto de Bigazzi es de la página web de 'La prova del cuoco'-

domingo, 7 de febrero de 2010

Pizza party

Nos costó un poco. Entre obligaciones sociales varias y la ruptura del horno, creo que hemos tardado más de un mes en quedar para comer una pizza casera hecha con mucho cariño y poca experiencia. Era la primera vez.

El resultado no ha sido malo. Personalmente, pensaba que iba a salir peor y sentía ya la risa maléfica de Mr. Telepizza que decía: "Ríndete y llámame...llámame...". Pero, no. Creo que la pizza salió bastante bien y que la cena fue divertida. No vamos a buscar la razón de la diversión ni en el infinito debate sobre los Blur, ni en los videos de Norma Duval y Lorella Cuccarini, incluso si dieron su buena contribución...

Todo se acompañó con tres buenos vinos y unas cuantas cervecitas. La velada acabó en un bar heavy de la calle Malasaña. Yo digo: experiencia positiva, se puede repetir...Quizás lo del bar heavy lo dejamos de lado, no?

Os dejo con un gran video...jejeje!