miércoles, 25 de marzo de 2009

El conejito


Ha nevado en Hamburgo. Hoy. Cuatro días después de llegar la primavera. ¿Cómo subir el estado de ánimo ante eso? Tal vez con el estómago. Con los Osterhasen. Esos adorables conejitos de chocolate. Las tiendas montan ejércitos de Osterhasen frente a las cajas registradoras. Y es difícil no hacerles caso. Mis preferidos son los Goldhasen de Lindt. Tienen el lomo dorado y un cascabel. Dan ganas de darles un mordisco. ¿Habéis caído ya en la tentación?

De finales de marzo a abril es difícil renunciar al chocolate en Alemania. Los conejitos y los huevos de Pascua son omnipresentes. Es costumbre acapararlos en el mercado y regalarlos compulsivamente. Los coleccionas y al mismo tiempo piensas cómo deshacerte de ellos. Son tan adorables. Pero te niegas a dejarte dominar por la serotonina barata del chocolate. Les haces frente. Acabas preguntando: ¿Por qué los conejos de Pascua traen huevos?

A mí me explicaron que en Pascua los padrinos sacaban a los niños de cacería. Cazaban conejos. Y el señuelo eran huevos coloreados. Otros dicen que los conejos son un símbolo de fertilidad. Que con ellos llega la primavera. Si los ves corretear por ahí es que están en plena acción. En busca de aventuras amorosas. El dichoso conejito...

1 comentario:

Massi dijo...

Conejitos y primavera...Hmm...hmm...Seguro que es cosa de niños?! (vaaaale, caí!)

PD: A mi ya me regalaron uno!!