miércoles, 4 de febrero de 2009

Bueno, bonito y barato: Naomi


Fruto de la casualidad, y también un poco de nuestra creciente desesperación, Ana, Fernando y yo improvisamos ayer un algo que hacer después del trabajo. La cosa acabó con nuestros huesos en Naomi, decano de la cocina japonesa en Madrid que, tal y como advierten a la puerta, el 7 de septiembre de este año cumplirá 35 años. Lo que iba a ser una simple sopa y a casa terminó con dos botellas de un Cigales muy correcto y dos de sake vacías.

El factor sopa vino con dos de miso para Fer y para mí y una contundente Tanuki Udon para Ana. Udon son unos tremendos fideos, por llamarlos de alguna manera, que flotan en el cuenco como tentáculos de alguno de esos monstruos monumentales a los que los japoneses son tan aficionados. Nos gustaron mucho un par de aperitivitos que pedimos a instancias de la desenvuelta jefa de esta particular casa de comidas de la calle Ávila: el Nasu dengaku, berenjena cocinada con miso y sésamo, y el Maguro natto, atún con soja fermentada ligado con huevo. Después vinieron el sushi y el sashimi variados, de los que básicamente di cuenta yo y que estaban ciertamente ricos. Del sashimi, destacar el pedacito de vieira y el atún.

Mi experiencia en japoneses es reducida; más allá de mis frecuentes paradas en el socorrido Nagoya, y a la espera de que alguien se digne a invitarme al suntuoso y en boca de todos Kabuki, quizá el Robata al que me llevó un día mi buen amigo Jorge Torregrossa fuera hasta ayer mi mejor recuerdo en la materia. El Naomi me pareció un gran sitio, y muy ajustado en el precio para lo que suelen ser los japoneses -no los súbditos de Akihito, sino los restaurantes instalados por acá bajo bandera del sol naciente-. Volveremos, y si puede ser el 7 de septiembre, mejor que mejor.


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Por cierto: hoy hubo calçotada. Mañana o pasado os lo cuento.

1 comentario:

Massi dijo...

Sábado próximo voy a un japo, ya os diré que tal...pero sin fotos, sigh!