jueves, 15 de enero de 2009

El irresistible encanto de lo auténtico...

Para que esto no se convierta definitivamente en el rincón de las promesas incumplidas, aquí va el capítulo de la trattoria (Hostaria!) de 'I nuovi mostri' (en España, inspirándose en Manolo Escobar, se tituló 'Que viva Italia'):



Dejaremos a Massi el comentario de los giros dialectales...

1 comentario:

Massi dijo...

Ja, ja! Qué bueno, por favor! Claro que las cocinas han ayudado siempre las comedias, pero en este caso hay que decir dos cositas.

En Roma se pusieron de moda las trattorie sucias y en las que el camarero lo mismo te llamaba hijo de puta o cornudo (nadie me pregunte a que se debe...). Luego, por suerte, hemos pasado a un general redescubrimiento de lo 'popular'. Aquí la primera ironía de la escena: pagar mucho para comer peor que en casa...

El segundo detalle es que en la mesa están las típicas víctimas de estos sitios 'tradicionales'. Es decir, nobles, pijos, progres y extranjeros: la gente que encuentra extravagante y divertido pagar un plato de 'pasta e ceci' (garbanzos) 40 euros. Además, los italianini de la mesa son del norte y de Roma, lo cual ayuda mucho.

Ciao!